El
pasado 1 de octubre acudimos a los juzgados acompañando, para la celebración de
juicio, a un compañero al que se le había sancionado con un día de empleo y
sueldo.
Dicha
sanción se le había impuesto por la empresa injustamente, y su finalidad era
quedar bien con el cliente, como es costumbre desafortunadamente en muchos
servicios. No importa que el que “pague el pato” sea el vigilante.
En
esta ocasión, y asistidos por nuestra asesoría legal que tan buen trabajo
realiza, la empresa se avino a dejar sin efecto la sanción y abonar las
cantidades dejadas de percibir. Desde aquí, te exhortamos a que recurras e impugnes siempre
cualquier tipo de sanción.
Picando en el siguiente enlace, podéis ver el acuerdo alcanzado: